El trono de Perceval
En las procesiones de agosto de los años 1939 a 1941, la Virgen del Mar salió sobre una camioneta, adornada al efecto, por no disponer de andas o trono propios. La Junta General de la Hermandad celebrada el 21 de diciembre de 1941 expresa en el Acta: “Comprendiendo la necesidad de la que Sagrada Imagen salga en procesión sobre una artística carroza, se designa una comisión formada por el Alcalde, D. Vicente Navarro Gay; por el 1º Teniente de Hermano Mayor, D. Juan Bueno Alfaro; y por el Secretario de tal objeto” (sic). Era Hermano Mayor entonces D. Francisco Rovira Torres y Consiliario Fr. Aquilino Marinas Álvarez O.P.
Las gestiones iniciadas tuvieron el apoyo del Gobernador Civil, D. Rodrigo Vivar Téllez, y de la totalidad de los miembros de la Junta de Gobierno y devotos en general. El cambio ocasionado entonces de la Junta de Gobierno, como era preceptivo, no fue óbice para proseguir la misión iniciada, que era primordial, y los miembros D. José Rodríguez Navarro, D. Rafael J. Romero Cortés, D. José Cordero Soroa, D. Antonio Ramón Hernández y D. Rafael Godoy Pérez de Perceval, hicieron posible la consecución del proyecto.
Al concurso público convocado acudieron artistas de Granada y de otras provincias, así como locales. Fue elegido el proyecto presentado por Jesús de Perceval, al que de inmediato se puso manos a la obra en un taller ubicado en la Plaza del Correo (hoy Marqués de Heredia), donde bajo la dirección del propio Perceval trabajaron 15 personas, destacando profesionales y tallistas de gran prestigio, como fueron Teófilo Martín Peregrina, Molinero, Pardiaz de Granada, Yerin y Eduardo Espinosa, entre otros.
El conjunto se basaba en temas de apoteosis, estilo barroco, y cuyo basamento lo formaban 4 plataformas con altorrelieves ornamentales e imaginería marinera. El frontal tenía el Escudo de Almería sostenido por lambrequines, ramos de azucenas autóctonas del lugar de la aparición, y grupos de peces sosteniendo áncoras. En la trasera destacaba el Emblema de la Real e Ilustre Hermandad, montado sobre un águila imperial, que sostenía el Escudo, en cuyo centro tenía la Imagen de la Patrona.
Perceval, que conocía perfectamente la trayectoria histórica de nuestra Patrona, dotó el trono con un temple que realzara la Imagen de la Señora; y pretendiendo darle un tono de originalidad, en vez de colocar el clásico templete, sustituyó éste por un tronco de parra con sus pámpanos y racimos, símbolo de uno de los frutos de esta tierra, al que rodeó de una cenefa labrada en madera, cubriéndolo con un dosel bordado con moaré de seda verde, y sobre ello, labores con sedas amarillas en varias luces, imitando matices de oro. Este palio o templete fue colocado sólo este primer año, ya que impedía la visión de la Imagen desde balcones y a cierta distancia, por lo que la dirección de la Hermandad, optó por suprimirlo.
El 30 de agosto de 1942 fue estrenado el trono, saliendo de la Catedral bajo un repique general de campanas, incluida la Campana de la Vela. Los primeros portadores del trono procesional fueron los miembros de la División Azul, que así lo solicitaron a la Junta de Gobierno de la Hermandad.
No fue posible conocer su costo ya que, en circunstancias tan imprecisas, el Ayuntamiento fue pagando a trancas y barrancas los jornales de los operarios que intervinieron en el mismo. Incluso, para poder recaudar fondos para este fin, encargó a Perceval la confección de unos medallones murales de la Virgen del Mar, para ser colocados en las entradas de las viviendas. Subsisten aún algunos en casas del Barrio de Pescadores (Zapillo) que entonces fueron levantadas y que la empresa constructora emplazó en el dintel de cada vivienda. Materiales como el pan de oro y otros artículos de decoración tuvo que adquirirlos el Ayuntamiento en otras capitales de nuestro país, incluso en Portugal.
En 1943 la Junta de Gobierno de la Hermandad determinó que el paso procesional fuese dirigido por D. Antonio Gómez Campana, gratamente conocido por El Nono, quien gestionó un número de jóvenes portadores. El nombramiento otorgado fue de Horquillero Mayor. Desde entonces contó con un grupo de colaboradores en esta tarea que por largos años han cumplido su misión, dirigidos por El Nono, hasta que su salud se vio quebrantada, y desde entonces fue ayudado y sustituido por su hijo José Manuel Gómez Berjón, quien hasta 1995 permaneció en el cargo, fecha en que se formó otro grupo de horquilleros que dirigido por Manuel Vicente Barranco Rodríguez.
Es oportuno resaltar que en aquellos tiempos, bajo la dirección del Nono, tuvo cabida en los varales del trono de la Virgen toda persona que por devoción, promesa o buena intención quisiera ir “arrimando el hombro”. El Estudiantado Dominicano de Santa Cruz La Real de Granada, que dirigía el padre Fr. José Domingo Camero O.P., que venían a pasar una temporada de descanso en un almacén que les cedió D. Antonio Miras Almansa, próximo a la playa, por los años 1957-58, de acuerdo con la dirección de la Hermandad, actuaron de horquilleros, portando el trono de la Virgen en dos años seguidos, desde la Puerta de Purchena al final del Paseo, con sus hábitos de dominicos. Los restantes años que aquí permanecieron, fueron en derredor de la Imagen, junto al trono.
Desde 1945 data la denominación de HORQUILLERO DE LA VIRGEN, instituido por la Hermandad en la Junta General de ese año. Era Hermano Mayor D. Andrés Cassinello García, y Consiliario Fr. Ramón Ballarín O.P.
La procesión salió de la Catedral desde 1941 hasta 1947, una vez concluidas las obras del templo de la Patrona, con nuevo itinerario que sería habitual por muchos años.
Este trono permaneció en servicio hasta 1967, cuando en Acta del 21 de de febrero, el entonces Hermano Mayor D. Cristóbal López Rodríguez informó a la Junta del estado de inutilidad, debido a una mala conservación y un mantenimiento deficiente, por lo que se iniciaron gestiones para otro nuevo.
El trono de Robles Cabrera
La Junta General del 19 de diciembre de 1968 acordó iniciar conversaciones entre Ayuntamiento y Hermandad al respecto. Previamente a la fecha indicada hubo cambios de impresiones con el Alcalde, entonces D. Guillermo Verdejo Vivas. Su sucesor, D. Francisco Gómez Angulo, las prosiguió. Ambos dieron muestras del mayor interés y efectividad en el asunto. Fueron parte activa, por parte de la Hermandad, D. Cristóbal López Rodríguez, D. Antonio Gómez Campana, D. Alberto Torres Limones y D. Antonio Salvador Idáñez.
Los proyectos presentados al concurso fueron: de artistas murcianos 2, y el del almeriense Antonio Robles Cabrera, que fue escogido; y que puesto manos a la obra, sería estrenado el domingo 24 de agosto de 1969.
Montado sobre un bastidor de hierro, llevaba adosadas placas de duraluminio fundido, figurando motivos marineros, peces y redes adornados con plantas y flores marineras, alusivas a las típicas “azucenas” autóctonas, que retoñan en el lugar de la Aparición. La Imagen reposaba sobre una gran ola de madera que talló el artista almeriense Juan Antonio Criado.
En el Acta de la Sesión Plenaria del Ayuntamiento de 27 de marzo 1969, se expresa que este trono costó 300.000 pts., de las cuales la Hermandad aportó 50.000 pts., el Ayuntamiento 100.000 pts., y el resto se completó con la donación de una tómbola regentada por D. Antonio Palacios, quien, utilizando el nombre de la Virgen del Mar en un gran cartelón, ofreció tal cantidad, y que, autorizado, hizo efectivo el importe al Concejal de Festejos, entonces D. Ángel Gómez Fuentes, con lo que se pudo sufragar lo estipulado.
Proyecto desafortunado y de pronto deterioro que ya, por 1975, se pensó sustituir por otro más decoroso.
El trono de Villareal
Ya el Acta de la Hermandad del 6 de octubre de 1975, expone la premura de la renovación, por haber llegado el actual al límite. Por ello hubo que activar la gestión cuyas conversaciones estaban en curso, pero que al llegar a Hermano Mayor D. Francisco Colomer Luque, que asumió el cargo por renovación preceptiva, fue el tema prioritario y principal con que empezó su mandato.
Se iniciaron gestiones con orfebres granadinos y de la región murciana. El 18 de Mayo de 1989, la Hermandad aprobó un proyecto de ejecución en el que intervino activamente el Consiliario de la Hermandad y Prior de este Convento Fr. José Cuenca Fuentes O.P., después de diversos contactos con la sevillana Orfebrería Villarreal. La parte ingrata del asunto fue su financiación (13 millones de pesetas), de la que después de múltiples dificultades y gestiones, se consiguió la aportación del Ayuntamiento, de la Diputación y la recaudación ciudadana. La Camarera Mayor, Isabel Rabell García, inició una emisión de bonos de 500 y 100 ptas. Incluso la Peña “El Círculo de la Amistad”, con el patrocinio del diario La Voz de Almería, organizaron un festival taurino en abril de 1990 que, pese al aparato propagandístico efectuado, resultó poco afortunado, a pesar de la excelente disposición de los organizadores, de su buena intención y la campaña de prensa y radio.
Contra viento y marea, tanto la ejecución como la financiación se llevaron a efecto, el proyecto salió adelante y la Virgen del Mar estrenó un trono procesional digno de la Patrona de Almería –elaborado con 130 kg de plata- el 25 de agosto de 1990. Fue recibido en Almería en la víspera aunque después de la procesión fue remitido nuevamente a Sevilla para ultimar y perfilar detalles que la premura de su traída había dejado, solamente, embastados. Es por ello por lo que, una vez ultimado, en las Fiestas Patronales siguientes, el Sr. Obispo de la diócesis, D. Rosendo Álvarez Gastón, el sábado 31 de agosto de 1991, procedió a su bendición. La procesión se celebró el domingo 1 de septiembre.
En agosto de 1995 fue suprimido el carretón que soportaba la carga, reformados los varales y constituido un nuevo equipo de Horquilleros que lo portaron bajo la dirección de Manuel Vicente Barranco Rodríguez, con la aprobación de la Junta de Gobierno que presidía D. José Mª. Contreras Díaz, siendo Consiliario Fr. José Luis Pabón Solís O.P.
Luce el paso en sus esquinas cuatro jarras de plata cincelada obra de los talleres sevillanos de Manuel Ríos Navarro, estrenadas en la procesión de alabanzas del domingo 26 de agosto de 2001. Su ejecución fue aprobada por la Junta de Gobierno de la Hermandad en sesión de 4 de julio de 2001, a propuesta del Mayordomo D. Enrique Marín Sorroche. Su importe fue sufragado con la aportación de hermanos y devotos de Nuestra Señora.
Más información: artículo de José de Juan Oña, en el Boletín de la Hermandad nº 9 (agosto de 1998).